Cuando llegaste a nosotros a más de uno se nos caía encima el mundo, el miedo a lo desconocido era evidente en todos pero tú misma te encargaste de romper esa teoría desde el primer día que llegaste.
Fuiste entrando dentro de cada uno de nosotros como se debe hacer, jugando en abierto como tu dices y ayudando a cada uno de nosotros de la forma que nos hacía falta, eso si, estando en tu sitio siempre y teniendo muy claro a lo que se viene y lo que se quiere. Nosotros te ayudamos en todo lo que pudimos y tu nos ayudaste a nosotros muchísimo y nos enseñaste que para ser jefe no hay que ser un hijo de puta y que con ilusión y muchas ganas somos capaces de conseguir las metas que nos proponemos en la vida.
Siempre diste la cara por mis compañeros y por mí y eso nos daba unas ganas de trabajar y una ilusión que no es fácil de conseguir, siendo esto el fruto de que seamos una muy buena plantilla reconocida por tu propio jefe delante de todos nosotros. El único motivo que me alegra de que te vayas es que es un nuevo proyecto para ti que seguro que te va a venir muy bien y que te ayudará a crecer más como coordinadora y como persona.
Aquí has dejado a muchos amigos que no te olvidarán porque supiste estar en tu lugar siempre y cuando te necesitaron. Por eso espero que estés orgullosa del trabajo que has hecho este año con nosotros y se que el trabajo que hagas allí donde estés será igual o mejor que el que hiciste hasta ahora.
Gracias por todo, hemos aprendido mucho de ti.
Suerte en tu nueva andadura, y si no la hubiera ya sabes donde tienes tu casa.
A Rosa Herrero por ser una gran jefa, compañera y amiga.
